Alvito
Alvito
Localidade
Situada en plena llanura alentejana, en un terreno elevado desde el que se divisan vastos horizontes, la graciosa villa de Alvito crece alrededor de su notorio castillo, en el que actualmente se encuentra la Posada de Alvito.
Las casas pintadas de blanco otorgan a la villa de Alvito el inconfundible carácter que distingue al Alentejo y en muchas de ellas se recortan puertas con arcos de corte manuelino que revelan su origen en el s. XVI.
Esta localidad tuvo su origen en los primeros tiempos de la monarquía portuguesa. El primer fuero fue concedido por el rey D. Dinis en 1327 y seria confirmado por D. Manuel en 1516.
El castillo de Alvito, cuya construcción se inició en 1494, es una de las construcciones más curiosas que existen en Portugal. Visitarlo también es evocar momentos del pasado histórico que aquí se vivieron. La prolongada presencia árabe en estos lugares dejó su marca distintiva en la arquitectura mudéjar (que los legos reconocerán fácilmente por las pequeñas cúpulas y cimborrios cónicos pintados de blanco), que están patentes en varios monumentos. La iglesia matriz de Nuestra Señora de la Asunción, que se remonta a principios del s. XVI, presenta en su exterior elementos de decoración arquitectónica que la encuadran en esta arquitectura mudéjar. Un modesto portal del Renacimiento nos permite acceder al interior, donde el revestimiento de sillares de azulejos ostenta bellos dibujos que conjugan armoniosamente los colores azul y amarillo. En el coro alto se encuentra un gran retablo en talla dorada del s. XVII. La ermita de S. Sebastián también este goza de este carácter mudéjar, pequeño templo fortificado rematado por una diadema de almenas achaflanadas. En el interior, sobre la bóveda gótica, los frescos pintados representan ángeles músicos.
También merece nuestra atención el edificio del Ayuntamiento, en el que se destaca una pintoresca torre de reloj, típicamente alentejana. Dos iglesias casi adosadas, la de la Misericordia y la de la Señora de las Candeias (albergando ésta un museo de Arte Sacra), también constituyen interesantes obras de valor arquitectónico, así como, ya fuera de la ciudad, la pequeña ermita de Santa Luzia que probablemente fue en su origen, un oratorio musulmán.
Las casas pintadas de blanco otorgan a la villa de Alvito el inconfundible carácter que distingue al Alentejo y en muchas de ellas se recortan puertas con arcos de corte manuelino que revelan su origen en el s. XVI.
Esta localidad tuvo su origen en los primeros tiempos de la monarquía portuguesa. El primer fuero fue concedido por el rey D. Dinis en 1327 y seria confirmado por D. Manuel en 1516.
El castillo de Alvito, cuya construcción se inició en 1494, es una de las construcciones más curiosas que existen en Portugal. Visitarlo también es evocar momentos del pasado histórico que aquí se vivieron. La prolongada presencia árabe en estos lugares dejó su marca distintiva en la arquitectura mudéjar (que los legos reconocerán fácilmente por las pequeñas cúpulas y cimborrios cónicos pintados de blanco), que están patentes en varios monumentos. La iglesia matriz de Nuestra Señora de la Asunción, que se remonta a principios del s. XVI, presenta en su exterior elementos de decoración arquitectónica que la encuadran en esta arquitectura mudéjar. Un modesto portal del Renacimiento nos permite acceder al interior, donde el revestimiento de sillares de azulejos ostenta bellos dibujos que conjugan armoniosamente los colores azul y amarillo. En el coro alto se encuentra un gran retablo en talla dorada del s. XVII. La ermita de S. Sebastián también este goza de este carácter mudéjar, pequeño templo fortificado rematado por una diadema de almenas achaflanadas. En el interior, sobre la bóveda gótica, los frescos pintados representan ángeles músicos.
También merece nuestra atención el edificio del Ayuntamiento, en el que se destaca una pintoresca torre de reloj, típicamente alentejana. Dos iglesias casi adosadas, la de la Misericordia y la de la Señora de las Candeias (albergando ésta un museo de Arte Sacra), también constituyen interesantes obras de valor arquitectónico, así como, ya fuera de la ciudad, la pequeña ermita de Santa Luzia que probablemente fue en su origen, un oratorio musulmán.