Monumentos

La primitiva construcción de la Iglesia de Santo Amaro data de finales del siglo V, período de ocupación del territorio por los visigodos, y constituye un ejemplar de arquitectura paleocristiana en Portugal, principal motivo para instalar aquí el núcleo visigodo del Museo Regional de Beja.

Un valioso espolio recogido en el municipio por varios arqueólogos, entre los que destaca el nombre de Abel Viana, se expone en este núcleo. El recorrido del núcleo exhibe piezas desde el siglo V hasta el siglo VIII, poniendo de manifiesto las modificaciones en la arquitectura y en el gusto que tuvieron lugar durante la transición de la ocupación romana a la visigoda.

La basílica sufrió varias alteraciones en los siglos XVI y XVII, por lo que presenta elementos góticos y maneristas de interés, que caracterizan el edificio actual.

Hasta el siglo XIX, el 15 de enero, día de Santo Amaro, era festejado por los vecinos con pasteles y dulces en forma de brazos y piernas, a semejanza de antiguas promesas que simbolizaban la protección del santo contra enfermedades en estos miembros.