Monumentos

En 1707, el Obispo de Braga D. Rodrigo de Moura Teles dispuso la colocación de la primera piedra de un convento de monjas benedictinas, obedeciendo así a la solicitud del rey D. João V que cumplía el deseo de su padre, D. Pedro II. Una inscripción en la pared junto a la entrada así lo cuenta.

El exterior de la Iglesia de Nuestra Señora del Terço es muy sobrio y sencillo pero el interior alberga uno de los mejores ejemplos del barroco portugués, con la armoniosa combinación entre pintura, azulejos y talla.

El techo de artesonado de madera y los paneles de azulejos que cubren totalmente el cuerpo de la iglesia, pintados en 1713 por el maestre António de Olivera Bernardes, muestran una iconografía riquísima sobre la vida de San Bento. En la capilla mayor, P.M.P., otro maestro azulejador barroco, firma dos paneles contando la fundación del monumento y la entrada de la primera monja en el convento.

También cabe destacar el trabajo del púlpito de dosel atribuido a Gabriel Rodrigues Álvares y los altares de talla dorada atribuidos a Ambrósio Coelho que completan el programa decorativo de la iglesia, de reconocida calidad.