Monumentos

Su construcción se inició en 1528 bajo el auspicio del abad D. Pedro de Castro, quién ahí está sepultado, el tempo sería extensamente reformado en el siglo XVIII.

Aunque el aspecto exterior no es de gran valor arquitectónico, el interior, en compensación, no deja de ser una sorpresa: nave única y amplia, bien lanzada y revestida de paneles con pasajes bíblicos, capilla mayor recubierta de bellos azulejos de finales del XVII, también con paneles y pintada, y altares decorados con valiosa talla dorada.