Praça do Comércio
Praça do Comércio
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Es una de las plazas más bellas de Europa, abierta al sur al inmenso estuario del Tajo.
Hasta los días del transporte aéreo fue la gran sala de acogida de Lisboa para quiénes venían en barco, pudiendo así disfrutar, incluso más, de su belleza. Aquí se encontraban los muelles donde desembarcaron Reyes y Jefes de Estado que visitaban Portugal.
Antes del terremoto de 1755 tenía el nombre de ´Terreiro do Paço´ (Terrado del Palacio). El Palacio Real ocupaba en ese entonces el ala occidental de la plaza desde principios del siglo XVI, cuando D. Manuel lo mandó trasladar aquí desde el Castillo de São Jorge.
En 1580, Felipe I de Portugal ordenó erigir un nuevo palacio, con el trazo de Filippo Terzi y Juan Herrera (el mismo arquitecto del Escorial).
Todo fue destruido por el terremoto. El nombre de Plaza del Comercio ya pertenecía a la época de Pombal y refleja un nuevo orden social que el Ministro de D. José I quiso privilegiar y valorar: la clase comercial, financiera y burguesa que tanto contribuyó a la reconstrucción de su ciudad.
En el centro geométrico de la plaza y mirando al río, se encuentra la estatua ecuestre de D. José I , al lomo de su caballo Gentil, obra del escultor Machado de Castro.
Fue colocada en este lugar, con gran pompa, el 6 de junio de 1775, cumpleaños del Rey, quién asistió discretamente al acto desde una de las ventanas del edificio de Aduanas. Las fiestas duraron tres días e incluyeron un gigantesco banquete para todo el pueblo de Lisboa.
En el pedestal, junto al río, la efigie de Pombal (retirada cuando el Ministro cayó en desgracia y reinstaurada por los Liberales en 1834) está coronada por el escudo real. Los grupos escultóricos de cada lado del pedestal representan el Triunfo, que conduce un caballo, y la Fama, que conduce un elefante, en clara alusión a los dominios portugueses de ultramar.
En la parte posterior del pedestal, un bajo-relieve alegórico representa las diversas contribuciones para la reconstrucción de Lisboa.
Bajo los arcos situados al norte, junto a la entrada a la Rua do Ouro, no deje de visitar el café restaurante Martinho da Arcada, una referencia de la ciudad y uno de sus lugares de culto.
Antes de continuar por la rua Augusta, que le llevará al Rossio, deténgase a observar el Arco Triunfal que embellece el pasaje.
Hasta los días del transporte aéreo fue la gran sala de acogida de Lisboa para quiénes venían en barco, pudiendo así disfrutar, incluso más, de su belleza. Aquí se encontraban los muelles donde desembarcaron Reyes y Jefes de Estado que visitaban Portugal.
Antes del terremoto de 1755 tenía el nombre de ´Terreiro do Paço´ (Terrado del Palacio). El Palacio Real ocupaba en ese entonces el ala occidental de la plaza desde principios del siglo XVI, cuando D. Manuel lo mandó trasladar aquí desde el Castillo de São Jorge.
En 1580, Felipe I de Portugal ordenó erigir un nuevo palacio, con el trazo de Filippo Terzi y Juan Herrera (el mismo arquitecto del Escorial).
Todo fue destruido por el terremoto. El nombre de Plaza del Comercio ya pertenecía a la época de Pombal y refleja un nuevo orden social que el Ministro de D. José I quiso privilegiar y valorar: la clase comercial, financiera y burguesa que tanto contribuyó a la reconstrucción de su ciudad.
En el centro geométrico de la plaza y mirando al río, se encuentra la estatua ecuestre de D. José I , al lomo de su caballo Gentil, obra del escultor Machado de Castro.
Fue colocada en este lugar, con gran pompa, el 6 de junio de 1775, cumpleaños del Rey, quién asistió discretamente al acto desde una de las ventanas del edificio de Aduanas. Las fiestas duraron tres días e incluyeron un gigantesco banquete para todo el pueblo de Lisboa.
En el pedestal, junto al río, la efigie de Pombal (retirada cuando el Ministro cayó en desgracia y reinstaurada por los Liberales en 1834) está coronada por el escudo real. Los grupos escultóricos de cada lado del pedestal representan el Triunfo, que conduce un caballo, y la Fama, que conduce un elefante, en clara alusión a los dominios portugueses de ultramar.
En la parte posterior del pedestal, un bajo-relieve alegórico representa las diversas contribuciones para la reconstrucción de Lisboa.
Bajo los arcos situados al norte, junto a la entrada a la Rua do Ouro, no deje de visitar el café restaurante Martinho da Arcada, una referencia de la ciudad y uno de sus lugares de culto.
Antes de continuar por la rua Augusta, que le llevará al Rossio, deténgase a observar el Arco Triunfal que embellece el pasaje.