Un paseo por el centro histórico: de São Bento a Ribeira
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São Bento — Catedral (17) — seguir por Rua Mouzinho da Silveira o por Rua das Flores — Mercado Ferreira Borges (11) — Palacio de la Bolsa (20) — Iglesia de San Francisco (21) — Casa del Infante (18) — Centro de Congresos Alfândega do Porto (22)
La estación de ferrocarril de São Bento (19) se encuentra en el centro de la ciudad, y es el lugar ideal para iniciar cualquier recorrido. Fue construida en el siglo XX. Vale la pena detenerse a admirar sus grandes paneles de azulejos en azul y blanco con representaciones de episodios de la historia de Portugal, una obra de Jorge Colaço, un importante ceramista portugués. Las personas que se desplazan en silla de ruedas o presentan dificultades motoras pueden utilizar la rampa lateral para acceder al interior, amplio y sin barreras arquitectónicas.
Saliendo de la estación y girando a la izquierda, la calle sube hasta la Catedral (17). Por su acentuada inclinación, se trata de un trayecto parcialmente accesible que no permite un desplazamiento autónomo. Aunque el interior es un espacio amplio, la entrada a la catedral está formada por una escalinata inaccesible. La circulación interna se ve dificultada por algunos escalones, así como el acceso a los pisos superiores, lo que limita bastante la accesibilidad de este monumento. La plaza de Terreiro da Sé, donde se encuentra la picota de la ciudad, es un importante mirador con vistas a las casas antiguas y el río. Se encuentra en pleno centro histórico, y está considerada Patrimonio de la Humanidad junto con el puente Luís I y el monasterio de la Sierra del Pilar, en Vila Nova de Gaia.
Sugerimos regresar a São Bento para seguir en dirección al río por Rua das Flores o Rua de Mouzinho da Silveira. Se trata de dos arterias paralelas, con un pavimento en buen estado de conservación, continuo y regular, pero con lugares en los que es necesario prestar atención. Rua das Flores presenta pequeños desniveles de entre 3 y 4 centímetros, y Rua de Mouzinho da Silveira tiene una suave inclinación que se prolonga durante varios metros y dificulta los desplazamientos. En Rua Ferreira Borges no pasa desapercibida la estructura de hierro del Mercado (11) del siglo XIX. Este antiguo mercado se ha transformado en un espacio de animación cultural. A la izquierda encontrará una rampa para acceder al interior, amplio y sin barreras arquitectónicas. El balcón cuenta con unas agradables vistas del jardín y los edificios contiguos, que se prolongan hasta el río. A la derecha encontrará dos monumentos característicos de esta ciudad: el Palacio de la Bolsa y la iglesia de San Francisco.
El Palacio de la Bolsa (20) fue construido en el siglo XIX para albergar a la Asociación Comercial de Oporto, lo que dice mucho de la importancia de esta actividad en la historia de la ciudad. En su interior destaca el magnífico Salón Árabe, decorado al estilo morisco. Los espacios son amplios y no presentan barreras arquitectónicas. Existe señalización en braille, pero la inclinación de la calle y la escalinata de entrada hacen difícil llegar hasta aquí. Una vez superado este obstáculo inicial, las personas con necesidades especiales pueden realizar visitas guiadas y otras actividades.
Un poco más abajo se encuentra la iglesia de San Francisco (21). Fue construida en el siglo XIV en estilo gótico, y está adornada con una exuberante decoración barroca en talla dorada, muy al gusto del siglo XVIII, un hecho que refleja la riqueza del país y de la ciudad en esa época. La escalinata de entrada supone un obstáculo, así como la constante presencia de escalones en el interior, por lo que la visita resulta bastante difícil para quienes se desplazan en silla de ruedas. Las personas con necesidades especiales pueden realizar visitas guiadas (con lenguaje de signos) y otras actividades.
La visita continúa por Rua do Infante D. Henrique hasta Praça da Ribeira, en donde se puede visitar la Casa del Infante (18). En esta casa —una de las más antiguas de la ciudad— nació en 1394 este gran navegante portugués. Perteneció a la Corona portuguesa, y hasta el siglo XIX fue la sede de la Casa de la Moneda y de la Casa de la Aduana, ya que albergaba los servicios responsables de la inspección de todo el comercio que circulaba por el río Duero.
Photo: Ribeira ©Waterlily
Praça da Ribeira señala la entrada a una de las zonas más famosas y fotografiadas de Oporto: la Ribeira. Este gran paseo junto al río es un lugar repleto de restaurantes y terrazas, por lo que requiere prestar mucha atención y realizar constantes cambios de dirección, sobre todo porque no existen vallas ni pavimento táctil para prevenir las caídas. En esta zona se aconseja permanecer atentos y prevenidos para evitar situaciones de peligro.
Regresando a Rua do Infante D. Henrique, se puede seguir el curso del río en dirección a su desembocadura y realizar la última visita de este recorrido en el edificio de la Aduana de Oporto, que alberga un centro de congresos y el Museo de los Transportes y las Comunicaciones (22). Se trata de un edificio perfectamente accesible y con comunicación en braille en el que se puede tocar una maqueta y miniaturas de automóviles.