Basta coger el tren y seguir el estuario del Tajo para sorprendernos con la cercana sucesión de playas de arena dorada. Las playas, bastante concurridas los días de verano, alternan entre los grandes arenales, como la playa de Carcavelos, y las pequeñas ensenadas, como la playa de Azarujinha. Al final de cada línea se encuentran las playas de Estoril y de Cascais, con bellos palacetes que recuerdan el tiempo en el que los reyes de Portugal pasaban aquí sus veranos, a finales del siglo XIX.
Si surfistas y bodyboarders prefieren Carcavelos o São Pedro do Estoril, los que practican el windsurf prefieren la playa de Guincho. Camino de la sierra de Sintra, el gran arenal se encuentra en una zona más rocosa y con más viento, ideal para deportes de vela. Aquí se realizan varias pruebas de competición portuguesas e internacionales.
La zona de costa del Parque Natural de Sintra-Cascais que comienza en la playa de Cresmina, antes de Guincho, se prolonga por escenarios de arena y roca, ideales para atardeceres viendo cómo el sol desaparece en el Atlántico.
Pasando Cabo da Roca, el punto más occidental del continente europeo, y las pequeñas playas escondidas entre los acantilados, como Adraga y Ursa, llegamos a la playa de Maçãs y a Praia Grande. Preferidas por las familias por sus arenales espaciosos y las piscinas de agua salada, son una buena solución para los días de mar más agitado. La variada oferta de restaurantes y cafés con vistas al mar también es un aspecto destacable.
Pasando el mirador de Azenhas do Mar, con su caserío blanco en la ladera y la piscina excavada en la roca, tenemos que viajar por el interior para volver en dirección al mar cerca de Ericeira, pueblo de pescadores y conocido lugar de veraneo. Una sucesión de playas a lo largo de 8 km, con excelentes olas y condiciones, hace de esta costa una Reserva Mundial de Surf y uno de los destinos preferidos de Portugal. La playa de Coxos, la bahía de Dois Irmãos o la mítica Ribeira d’Ilhas, en la que se celebra una etapa del campeonato Mundial de Surf WQS desde 1985, ya gozan de fama internacional.
Ericeira, Ribamar y la playa de São Lourenço también son conocidas por sus restaurantes, especializados en pescado fresco y marisco.