La Ruta vicentina
A lo largo de la costa oeste, salimos a descubrir la Ruta vicentina. El océano nos acompaña entre las escarpas recortadas y, a veces, recibimos el regalo de campos de flores salvajes que parecen no tener fin. No puede haber mejor propuesta para una caminata…
Esta gran ruta pedestre, que se desarrolla a lo largo de un total aproximado de 400 kilómetros de una de las zonas costeras más bellas y mejor conservadas de Europa, está formada por dos recorridos principales y ocho circulares, y nos sorprende por la diversidad de paisajes.
El “camino histórico”, con 230 km, es el recorrido más largo y sale de Santiago do Cacém hasta el cabo de San Vicente. Es un itinerario rural, compuesto por 12 etapas que atraviesan caminos forestales, pueblos y aldeas con siglos de historia, y puede recorrerse a pie o en bicicleta.
Photo: © Rota Vicentina
El “sendero de los pescadores” (trilho dos pescadores) transcurre siempre junto al mar por caminos de acceso a playas y embarcaciones, a lo largo de 125 km, entre Porto Covo y cabo de San Vicente. Es un recorrido exclusivamente pedestre, pero físicamente exigente, que se divide en cinco etapas y cuatro recorridos complementarios.
Photo: © Rota Vicentina
Cada etapa nunca tiene más de 25 kilómetros y está pensada para recorrerse en un día. La programación queda al propio criterio, con la posibilidad de realizar solo las que mejor se adapten a las preferencias o condiciones físicas.
Podemos seguir la ruta de forma consecutiva, en varios días, durmiendo en los alojamientos asociados al proyecto. Si se les avisa con tiempo, incluso pueden organizar entre ellos el transporte del equipaje, para mayor comodidad de los caminantes. Se podrá visitar el patrimonio monumental y probar la deliciosa gastronomía de la región, en la que destaca el marisco, el pescado fresco y la sabrosa cocina del Alentejo y del Algarve, ya que la ruta atraviesa las dos regiones.
Photo: © Rota Vicentina
Por el camino podremos disfrutar del paisaje en su plenitud y disfrutar de las sorpresas que la naturaleza nos regala, como las flores del campo, el aroma de la hierba con el frescor de la mañana o el colorido de las mariposas. Una observación más minuciosa requiere algún tiempo adicional, pero ofrece oportunidades poco habituales, como avistar nutrias, que casi nunca se encuentran en entornos marinos, o ver las cigüeñas que aquí nidifican en las escarpas costeras, un caso único en el mundo.
Photo: © Rota Vicentina
Aquellos que dispongan de poco tiempo o que padezcan más de problemas físicos, podrán optar por los recorridos circulares, que son más cortos, siempre comienzan y terminan en el mismo lugar, y pueden realizarse en medio día o, incluso, menos. Estos recorridos complementan y enriquecen los principales (Camino Histórico y Sendero de los Pescadores), suman cerca de 90 km y se encuentran localizados en Almograve, São Luís, Troviscais, Santa Clara, Sabóia, Bordeira y Carrapateira.
Merece la pena realizar una parada de un día o dos para practicar una actividad como el surf, en las fuertes ondulaciones del océano Atlántico, o para descubrir una playa tranquila o, quién sabe, incluso desierta, y relajarse después del paseo. Como alternativa al mar, los riachuelos y los ríos también son una buena sugerencia para aliviar el calor de los días de verano.
Photo: © Rota Vicentina
Muchos de estos senderos eran bien conocidos por los peregrinos que salían del cabo de San Vicente con destino a Santiago de Compostela. Como ellos, podemos equiparnos con calzado y ropa cómoda y ponernos en camino, sin dejar rastro de nuestro paso, para mantener este reducto de la naturaleza intacto. Será, sin duda, una caminata inolvidable...