Portugal es lugar para el amor. Hay un no sé qué que respira en el aire que nos seduce y enamora.

En paisajes de campo o de mar, abrimos al amor palacios, casas de campo y solariegas, en las que recibimos generosamente a quien nos visita.

La luz y el color de Portugal también sirven de fuente de inspiración. La luz y el color del mar, pero también la luz que se filtra en un rincón de un bosque de Sintra, los tonos difusos por entre el follaje inspiran a poetas, a pintores e incitan al amor. Podemos vivirlos en una callejuela de Alfama, en Lisboa, en la infinita llanura del Alentejo o en la isla de Madeira, perfecta para las lunas de miel. Y en tantos otros sitios, como el archipiélago de las Azores o en el litoral alentejano, en el que la naturaleza espera a ser descubierta.

Nadie resiste al encanto de un castillo medieval adaptado a los tiempos modernos, en el que podemos dedicarnos a las cosas buenas de la vida. En un spa, en una comida memorable, en una playa interminable, en una cata de vinos, en un programa de cultura y ocio.

Un paseo en coche de caballos, una cena a la luz de las velas, una puesta de sol sobre el mar son momentos que permanecen para siempre. Incluso aunque solo sea por unos días, el clima suave, la variedad de paisajes y los lugares románticos garantizan momentos inolvidables en Portugal.