Visitamos Beja rodeados por una atmósfera de paz y descubrimos historias de conquistas y de amores ocultos.
Comenzamos visitando la torre del homenaje del castillo, tan importante en las batallas por la defensa de las fronteras de Portugal. Con 40 metros de altura y toda construida en mármol, es el emblema de Beja. Merece la pena subir hasta arriba para admirar la ciudad y el paisaje alentejano del entorno.
Muy cerca queda la Iglesia de Santiago, la Catedral y la Iglesia de San Amaro, donde se encuentra el núcleo visigodo del Museo Regional. Siguiendo por Rua Dom Manuel, y después de pasar por delante de la Universidad, situada en lo que antiguamente era un hospital, llegamos al corazón de la ciudad, la Praça da República.
Los edificios de estilo manuelino que la rodean le aportan una nota particular y en ella podemos ver una picota, también del siglo XVI, y la Iglesia de la Misericordia, una obra renacentista de referencia. Siguiendo después por la Rua do Touro encontramos el Museo Jorge Vieira, un importante escultor portugués del siglo XX, conocido por su obra de figuras de terracota.
Visitamos Beja rodeados por una atmósfera de paz y descubrimos historias de conquistas y de amores ocultos.
Comenzamos visitando la torre del homenaje del castillo, tan importante en las batallas por la defensa de las fronteras de Portugal. Con 40 metros de altura y toda construida en mármol, es el emblema de Beja. Merece la pena subir hasta arriba para admirar la ciudad y el paisaje alentejano del entorno.
Muy cerca queda la Iglesia de Santiago, la Catedral y la Iglesia de San Amaro, donde se encuentra el núcleo visigodo del Museo Regional. Siguiendo por Rua Dom Manuel, y después de pasar por delante de la Universidad, situada en lo que antiguamente era un hospital, llegamos al corazón de la ciudad, la Praça da República.
Los edificios de estilo manuelino que la rodean le aportan una nota particular y en ella podemos ver una picota, también del siglo XVI, y la Iglesia de la Misericordia, una obra renacentista de referencia. Siguiendo después por la Rua do Touro encontramos el Museo Jorge Vieira, un importante escultor portugués del siglo XX, conocido por su obra de figuras de terracota.
Más adelante, otro símbolo de la ciudad, el Convento de Nuestra Señora de la Concepción, en el que se encuentra instalado el Museo Regional de Beja. En él podemos conocer la célebre historia de Mariana Alcoforado, una monja que vivió allí y a quién le atribuyen las “Cartas portuguesas”, verdaderas declaraciones de amor a un caballero francés. El interior resulta sorprendente por la decoración con pinturas al fresco de los techos y de las paredes, y por la profusión de azulejos en él aplicados desde el siglo XV, lo que convierte la visita en una clase magistral de este tipo de arte.
Seguramente, en este convento se crearon, hace siglos, algunos de los dulces hechos con huevos y azúcar que se pueden encontrar en la región y que satisfacen la gula de todos.
Llegando a las puertas de Mértola, una de las salidas de las murallas de Beja, vemos enfrente el Convento de San Francisco, actualmente transformado en Pousada y, muy cerca, se encuentra la biblioteca pública dedicada a José Saramago, el Nobel portugués de literatura.
Muy próxima a Beja, y como pretexto para disfrutar del paisaje, le sugerimos un paseo hasta la villa de Pisões, donde podremos conocer cómo era una explotación agrícola romana e imaginar cómo sería vivir en el Alentejo dos mil años atrás.